Presentada como una conversación entre proyectos, un diálogo que se articula a partir de cinco ejes temáticos –el paso del tiempo, la desaparición de la memoria íntima y social, el desplazamiento y sus pérdidas, los diversos imaginarios familiares y, finalmente, la casa convertida en receptáculo para la identidad–, la muestra explora aquellos sentimientos encontrados que aparecen al observar nuestra vida, como si ésta no nos acabase de pertenecer del todo.
El largo título que da nombre a la exposición no sólo es un leitmotiv que relaciona las distintas obras –en variados formatos, libro-objeto, fotografía, vídeo, etc.–, sino que, también, atestigua la dificultad para apresar una existencia que resulta propia y ajena a la vez, que es de uno y de cualquiera al mismo tiempo, que se mantiene incomprensible tanto para las herramientas de la ficción como para los rigores de lo real. V.R.